por Graciela Licciardi
Así titula Nidia Requena este nuevo libro que nos entrega su alma de narradora innata, como ya lo hiciera en sus libros anteriores que tuvieron mucha aceptación en el público al que ella se dirige y es, nada más y nada menos que los niños pequeños de jardín como en Chiquilines y Chiquitines, 2007 y 2011 respectivamente, como así también a los jóvenes con Cuentos y algo más que editara en el 2007.
En cada cuento encontraremos que la dinámica de la autora es llevar al lector a la intriga, al misterio, al desconcierto que suscita el no saber de inmediato qué es lo que va a suceder, creando un suspenso que finalmente termina en una gran sorpresa.
Nidia se encarga, muy bien, de llevarnos por un camino determinado cuando de pronto el final, muchas de las veces, es una vuelta de tuerca literaria, un desenlace que nos provoca una sonrisa, otras y son las más: una reflexión o cierta nostalgia.
Ningún personaje de los cuentos está puesto al azar, cada uno tiene una significación simbólica y a la vez aleccionadora.
El señor Hipólito, por ejemplo, un cuento que ha sido publicado en un libro anterior y por el cual ha obtenido un premio a la creatividad, es vuelto a traer a las páginas de este libro y a continuación, la autora, haciendo referencia al mismo, en Otra vez, el señor Hipólito, nos narra sobre un personaje no tenido en cuenta en aquel cuento y lo reivindica, con un tono de ternura y encantamiento que nos deleita en su lectura.
No falta la denuncia social como en ¿Quién fue el culpable?en el que Nidia nos deja pensando en los desastres que el poder y la discriminación ejercen sobre la ignorancia y las consecuencias que ello trae aparejado. En ¿Qué querés ser, cuando seas grande?veremos reflejado la típica coacción de los adultos sobre los niños y alguna posible frustración.
Personajes entrañables como Polina, una pulga juguetona, Melisa, una niña de quince años con su diario, Dulcina, la abeja que se vuelve viejita, Casimiro, un hombre valiente, un abuelo bonachón que narra cuentos a los niños, una garza triste que nos deja enseñanzas, el animal verde que hace pegar grandes sustos a los habitantes de un pueblo tranquilo, un cuervo cascarrabias, en el cual nos podemos sentir identificados o el sapo que también tiene sus virtudes, aunque algunos no puedan reconocerlo, como ocurre, en ocasiones, con los seres humanos.
Nidia también trabaja las diversas miradas de una misma cosa en el cuento El retrato y en El bastón negro resalta los valores morales, como así también las buenas costumbres a través de El Sol y La Luna. En el cuento Efecto dominó nos señala el disloque que se puede provocar en un instante, como así la confusión terrible descripta en Los nenes.
En El lápiz mágico apreciaremos cómo Javier, a través de ese objeto, alcanza un logro inusitado o en Fantasía donde Nidia Requena trabaja lo onírico y hace un juego de sueños y vigilia entre Mariano, un niño pequeño y sus juguetes.
De manera, entonces, puedo manifestarles que en la lectura de este libro CUENTOS Y MÁS CUENTOS… ¿PARA PENSAR O PARA SOÑAR?: ¡Las dos cosas!, es verdad que, como expresa la autora: “Cada palabra deja un recuerdo en el corazón”.
Es un libro que recomiendo por su ternura, alegría, dinamismo y sobre todo, de una profunda humanidad.
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