Extracto
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« ¿Qué foto
estás tomando?
- Un rayo de sol en una fachada…Un rincón de cielo, una
farola, una ramo de magnolia delante de una ventana abierta, basta para
hacer una foto. Será « puesta en lo alto », su base
abajo del primer piso, a la orilla del toldo de la terraza del bareto.
1998… ¿Todavía se pueden contar historias con imágenes,
las cuales le afectarán a alguien en ese París patas arriba,
desfigurado, que ya solo oculta breves maravillas difíciles de
captar? Pronto, tal vez no habrá nada más para fotografiar. ¡Si
podía sentar en el papel lo que tengo en la cabeza!
- Ya logras hablar bien del tema... Cerrando los ojos, ¡casi me
lo imagino!
- Sabes, París corre en mis veinas desde mucho antes de mi nacimiento.
Mis dos abuelas, sin conocerse, luego mi padre, pisaron con placer el
asfalto y los adoquines mucho antes que yo. Pueden pasar los años,
para mí siempre es poblado con una muchedumbre de íntimos:
Jacques Hillairet, Alain Demouzon, Hemingway, James Joyce… Todos
se encuentran aquí, tanto los muertos como los vivos. Yo me siento
en cualquier lugar entre ambos… La foto siempre se ubica un poco “entre
dos”: el instante antes, el instante después, la visión
es distinguida, solo se inmortaliza un décimo de segundo, pero
ningun lugar. Ya no es más real cuando se cierre el obturador.
Entonces, los clichés, los recuerdos que podemos tener en la cabeza
son mucho más cercanos de una realidad personal que una foto.
La foto, es un mal menor para intentar mostrar lo que no sabemos decir. »
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