por Adriana Fin
Como un taller de pintor o de alfarero, un taller de costura o de elaboración de alfajores, el de literatura permite modelar con palabras que nos invitan al goce, a la nostalgia, a la risa, al llanto, a los recuerdos y a las utopías. Voces que permiten oler colores y pintar aromas, saborear vivencias, definir miradas, percibir amores… Ese atelier donde crear nos libera para expresar ideas, defender posturas, discutir, jugar como niños, fundar otros mundos en los que el lector percibe la invitación a continuar la travesía.
Sensaciones en papel nos sumerge en un mar de textos para nadar en las aguas profundas de la imaginación, bucear entre cada palabra que, atesorada en la zona más recóndita, cobra vida y emerge en las distintas producciones, obligándonos a levantar la cabeza de la página para respirar, reconocer, identificar y probar los mecanismos creativos de incipientes autoras que fijan para siempre sus percepciones en el papel como un homenaje a los sueños.
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