Extracto 1
…Quiero encontrarte en la calle, una noche, debajo de la lluvia, una noche sin teléfono, sin cita, encontrarte por el hilo de la vida, entre dos luces, cuando cierren las oficinas y las tiendas… Quiero encontrarte en un trozo de vereda mojada, sin música en el aire, sólo un choque que no aguardaría, o sólo acecharte en el vano de una puerta, sobresaltarme cuando se abre, ¡jolín! no es tí, guardar la sorpresa de tu presencia y poder trasponerla en cualquier lugar, sin época determinada, sin país preciso, un trozo de calle debajo de la lluvia, se encuentra fácilmente… Decorado de aquí o de otra parte… Hacer mío cualquier sitio impersonal, hacer nuestra cualquier minuto en que nos cruzamos, sin poner hitos hacia lo que podría ocurrir… Esperarte en un bareto que no conoces, y no te gusta la lluvia. Empujarte un poco. Con dulzura.
Ganas de pintar, fragmentos de extranjero, u de un lado otro, u un « aquí » tal vez, pero todo vestido de azul, azul y brillante, trabajar el azul y sólo el azul, en sólido, en borrones, en lechada, en puntas, nada más que azul iluminado de sol, velado de sombras, un espacio en que caer, zambullirse, irse volando… romperse los huesos al lanzarse sobre la tela… Esta tarde al rincón de una cuadra detrás de la puerta del café, la lluvia también es azul, tus ojos son azules, también serás toda vestida de azul, es loco como pasa bien este color, sin siendo corriente jamás… Alternar unos días azules y días sin tinte, los días de ausencia en que sólo trabajo y duermo, días sin ti, pero en que te cargo conmingo por todos lados (azul oscuro), los días de cansancio en que no veo más lejos que calefactor-mi cama-teléfono-camita (azul cenicerros) y los días azul oscuro de noche, en que tus soles relucen mi dormitorio o lo tuyo, nuestros rincones de noches robados…
A veces incluso me gustan los momentos en que no estás aquí, en que puedo pensar en tí con toda tranquilidad, sin peso, sin preguntas, pero ello, únicamente cuando soy cierto que te encontraré de nuevo a la brevedad… y de eso rara vez soy…
Extracto 2
« ¿Qué foto estás tomando?
– Un rayo de sol en una fachada…Un rincón de cielo, una farola, una ramo de magnolia delante de una ventana abierta, basta para hacer una foto. Será « puesta en lo alto », su base abajo del primer piso, a la orilla del toldo de la terraza del bareto. 1998… ¿Todavía se pueden contar historias con imágenes, las cuales le afectarán a alguien en ese París patas arriba, desfigurado, que ya solo oculta breves maravillas difíciles de captar? Pronto, tal vez no habrá nada más para fotografiar. ¡Si podía sentar en el papel lo que tengo en la cabeza!
– Ya logras hablar bien del tema… Cerrando los ojos, ¡casi me lo imagino!
– Sabes, París corre en mis veinas desde mucho antes de mi nacimiento. Mis dos abuelas, sin conocerse, luego mi padre, pisaron con placer el asfalto y los adoquines mucho antes que yo. Pueden pasar los años, para mí siempre es poblado con una muchedumbre de íntimos: Jacques Hillairet, Alain Demouzon, Hemingway, James Joyce… Todos se encuentran aquí, tanto los muertos como los vivos. Yo me siento en cualquier lugar entre ambos… La foto siempre se ubica un poco “entre dos”: el instante antes, el instante después, la visión es distinguida, solo se inmortaliza un décimo de segundo, pero ningun lugar. Ya no es más real cuando se cierre el obturador. Entonces, los clichés, los recuerdos que podemos tener en la cabeza son mucho más cercanos de una realidad personal que una foto. La foto, es un mal menor para intentar mostrar lo que no sabemos decir. »