Prólogo de “1945 SECRETAS VIBRACIONES DEL PASADO” Autora: Nélida Habeshian.

por Graciela Licciardi

Al leer la novela de Nélida Habeshian, 1945 – Secretas vibraciones del pasado, el lector se encontrará frente a una historia que lo atrapará desde el primer instante. Su lenguaje fluido y ameno va pintando pinceladas de un tiempo lejano donde la autora nos va llevando de la mano por aquellos típicos ambientes  de los años 40….La descripción del mobiliario de las casas, la exquisitez en el detalle de la vestimenta y sumado a ello la cita de diversos puntos de la ciudad de Buenos Aires, más exactamente en la Capital Federal, los barrios de Palermo, Almagro, el centro y otros, como así también lugares emblemáticos como Harrod´s, Las violetas, El Café Tortoni, las revistas de aquellos tiempos: Damas y damitas, Chabela y El Hogar y sucesos tan importantes como la bomba de Hiroshima, la lucha por obtener el sufragio femenino….la aparición del libro “El juguete rabioso” de Roberto Arlt, o la mención de Frank Sinatra cantando uno de sus temas favoritos “Begin the Beguine”.

El entramado de lo que se cuenta pretende ser, a primera vista, una suerte de narración lineal en el devenir del tiempo y el abordaje a épocas cada vez más cercanas, sin embargo Nélida Habeshian bifurca, con la astucia de la buena escritura, hacia diversos puntos donde se produce el quiebre temporal . El lector avezado lo irá descubriendo, pues de eso se trata, de un juego de cajas chinas donde unos sucesos están contenidos dentro de otros, y otros dentro de otros más y así sucesivamente, de manera que la urdimbre tejida por la autora en los diferentes personajes, nos va causando un efecto de encantamiento por el que necesitamos seguir leyendo.

El impacto sorpresivo que causa esa distorsión narrativa, a mi entender,  es la mayor virtud de la novela.
Las costumbres, la moral y lo que honraba a las familias en ese tiempo cobra un valor importantísimo en la historia y además se advierte la manera en que es plasmado el cambio que las diferentes épocas hacen de los valores humanos.

Bien podríamos pensar en que el personaje narrante que es Alejandra Castex, quien va contando la historia y a la vez se toma un respiro y escribe en su diario, funcionaría como el alter ego de la autora que es narrante absoluta de la novela, hecho que se constituye en el juego del doble que ya Fiódor Mijáilovich Dostoyevski en el personaje de una de sus notables novelas, Yákov Petróvich Goliadkin observamos cómo su personalidad se parte en una lucha interna o por ejemplo, como hemos observado en Saramago en varias de sus novelas.

De esta manera me cabe inferir que de la novela 1945 – Secretas vibraciones del pasado, surgirían una serie de preguntas inquietantes: ¿En qué consiste la identidad? ¿Qué nos define como personas individuales y únicas? ¿El personaje principal de esas secretas vibraciones del pasado,  Alejandra Castex, que se exhinde como lo hace, entre narradora ficcional, escritora de su diario y lo que el futuro dentro de la misma novela le deparara, no es acaso uno de los hallazgos más interesantes que un escritor contemporáneo puede trabajar sobre la dualidad del ser humano?

Nélida Habeshian convierte la voz narradora en sujeto activo, en un juego metaliterario que pone al servicio de la historia y que va mucho más allá de las rupturas estrictamente formales.
Por tal motivo me atrevo a afirmar que estamos frente a una novela sorprendente y notable que, a mi juicio, merece ser leída con fruición y de la cual el lector quedará ampliamente satisfecho.

Prólogo para «Cuentos y más cuentos…» ¿Para pensar o para soñar?

Título completo: «Cuentos y más cuentos…» ¿Para pensar o para soñar? ¡Las dos cosas! «Cada palabra deja un recuerdo en el corazón» Autora: Nidia Requena.

por Graciela Licciardi

      Así titula Nidia Requena este nuevo libro que nos en­trega su alma de narradora innata, como ya lo hicie­ra en sus libros anteriores que tuvieron mucha aceptación en el público al que ella se dirige y es, nada más y nada menos que los niños pequeños de jardín como en Chiqui­lines Chiquitines, 2007 y 2011 respectivamente, como así también a los jóvenes con Cuentos y algo más que editara en el 2007.

En cada cuento encontraremos que la dinámica de la autora es llevar al lector a la intriga, al misterio, al descon­cierto que suscita el no saber de inmediato qué es lo que va a suceder, creando un suspenso que finalmente termina en una gran sorpresa.
Nidia se encarga, muy bien, de llevarnos por un camino determinado cuando de pronto el final, muchas de las ve­ces, es una vuelta de tuerca literaria, un desenlace que nos provoca una sonrisa, otras y son las más: una reflexión o cierta nostalgia.
Ningún personaje de los cuentos está puesto al azar, cada uno tiene una significación simbólica y a la vez alec­cionadora.

El señor Hipólito, por ejemplo, un cuento que ha sido publicado en un libro anterior y por el cual ha obtenido un premio a la creatividad, es vuelto a traer a las páginas de este libro y a continuación, la autora, haciendo referencia al mismo, en Otra vez, el señor Hipólito, nos narra sobre un personaje no tenido en cuenta en aquel cuento y lo rei­vindica, con un tono de ternura y encantamiento que nos deleita en su lectura.

No falta la denuncia social como en ¿Quién fue el culpa­ble?en el que Nidia nos deja pensando en los desastres que el poder y la discriminación ejercen sobre la ignorancia y las consecuencias que ello trae aparejado. En ¿Qué querés ser, cuando seas grande?veremos reflejado la típica coacción de los adultos sobre los niños y alguna posible frustración.

Personajes entrañables como Polina, una pulga jugueto­na, Melisa, una niña de quince años con su diario, Dulcina, la abeja que se vuelve viejita, Casimiro, un hombre valien­te, un abuelo bonachón que narra cuentos a los niños, una garza triste que nos deja enseñanzas, el animal verde que hace pegar grandes sustos a los habitantes de un pueblo tranquilo, un cuervo cascarrabias, en el cual nos podemos sentir identificados o el sapo que también tiene sus virtu­des, aunque algunos no puedan reconocerlo, como ocurre, en ocasiones, con los seres humanos.

Nidia también trabaja las diversas miradas de una mis­ma cosa en el cuento El retrato y en El bastón negro resalta los valores morales, como así también las buenas costum­bres a través de El Sol y La Luna. En el cuento Efecto dominó nos señala el disloque que se puede provocar en un instan­te, como así la confusión terrible descripta en Los nenes.

En El lápiz mágico apreciaremos cómo Javier, a través de ese objeto, alcanza un logro inusitado o en Fantasía donde Nidia Requena trabaja lo onírico y hace un juego de sueños y vigilia entre Mariano, un niño pequeño y sus juguetes.

De manera, entonces, puedo manifestarles que en la lec­tura de este libro CUENTOS Y MÁS CUENTOS… ¿PARA PENSAR O PARA SOÑAR?¡Las dos cosas!, es verdad que, como expresa la autora: “Cada palabra deja un recuerdo en el corazón”.

Es un libro que recomiendo por su ternura, alegría, di­namismo y sobre todo, de una profunda humanidad.

Fotos de Presentación de»Cuando llegue el momento…»

PRESENTACIÓN en la S.A.D.E. 15 de agosto de 2013

Graciela Licciardi
Bibi Albert lee sus poemas
Graciela Bucci presenta a Bibi Albert
Graciela Bucci – Bertha Bilbao Richter – Graciela Licciardi
David Sorbille
David Sorbille y María Julia Druille
Liliana Lapadulla lee sus poemas
Bertha Bilbao Richter habla al público
Bertha Bilbao Richter y Graciela Licciardi
Graciela Presenta Escritores de Pacto con mi vida Walter Cancian Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time – Elsa Aste – David Sorbille
Mabel Fontau – Walter Cancian Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time – Elsa Aste
Elsa Aste- David Sorbille – Miroslav Scheuba
Miroslav Scheuba lee su cuento

Miroslav Scheuba nos hace reír con sus ocurrencias de Chef Profesional , artes culinarias al servicio de la literatura

David Sorbille nos lee parte de su cuento – Jessica Mansur -Rolando Time-Elsa Aste-David Sorbille y Graciela Licciardi
Elsa Aste es entrevistada – Jessica Mansur–Rolando Time – David Sorbille
Rolando Time nos lee un fragmento de su cuento – Mabel Fontau -Walter Cancian  Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time – Elsa Aste – David Sorbille

Jessica Mansur es entrevistada – Mabel Fontau -Walter Cancian  Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time – Elsa Aste – David Sorbille

Jessica Mansur conversa con nosotros – Mabel Fontau -Walter Cancian Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time – Elsa Aste – David Sorbille

Walter Cancian Ferguson conversa con nosotros – Mabel Fontau – Jessica Mansur

Walter Cancian Ferguson  conversa con nosotros – Mabel Fontau – Jessica Mansur-Graciela Licciardi
Graciela Licciardi conversa con Mabel Fontau- Walter Cancian  Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time
Mabel Fontau habla al público- Walter Cancian  Ferguson – Jessica Mansur – Rolando Time

Palabras de Inicio de “ANTOLOGÍA DEL LECTOR CÓMPLICE”.

por Norma Mazzei

Emprender una antología de lectura comprensiva, en la mayoría de los casos, presupone un desafío de tipo discrecional. Conscientes de ello, de que cada abordaje de obra a su vez declara una manifiesta alternativa individual, presentamos este encuentro de lectores, una agrupación variada y rica de trabajos, atinada e inscrita bajo el lema cortazariano de la complicidad.

Porque es, a nuestro entender, el mejor modo de conmemorar su legado, se ha elegido ex profeso el “Año Centenario de Julio Cortázar”, para con su evocación iniciar la edición que nos ocupa.

Durante el paulatino desarrollo de las teorías literarias –a partir del psicologismo del s. XIX-, los estudios críticos enfatizaron la figura del autor, las modalidades del estilo; consideraron las referencias biográficas que vinculaban la creación en su conjunto. Más tarde y por influencia de las corrientes lingüísticas, el foco se desplazó al sondeo estructural del texto literario, a su operatoria discursiva tópica y entrópica que preferentemente lo singulariza; claro que visto como un artefacto textual complejo y autosuficiente. Pero en las últimas décadas del siglo pasado, con el objeto de abarcar y especificar en completud el hecho literario, para evaluarlo en tanto plausible, el acento se puso en el lector, examinando aquellos aspectos de la recepción contemporánea a la obra tratada, como la evolución de sus efectos en recepciones lectoras realizadas a posteriori.

Esto produjo, sin dudas, la necesidad de nuevos planteos críticos sobre la concepción misma de la literatura, en su razón intrínseca, en cuáles serían las diferencias sustanciales que hacen del escrito llano, una excluyente obra literaria.

En el proceso de lectura, el lector empírico ejerce el acercamiento al texto a través de varias aproximaciones que conllevan mecanismos de asociación, inferencias, presuposición normativa, conjeturas, y otros procedimientos intelectuales que orientarán hacia los sentidos o el sentido más inteligible de la obra. En este accionar interno, intransferible, el lector efectúa reducciones conceptuales a medida que aprehende el texto. Seguramente el autor barrunta a su potencial lector, al otro latente que sombrea dentro del espesor de las palabras, al destinatario que resulta ser la mayor expresión de deseo y de alianza, a la que aspira y en la que se ampara el escritor. Deberá este lector implícito, en su trayecto de lectura, poner a prueba toda su competencia como tal para completar significaciones, reponer sobreentendidos, hasta coescribir espacios en blanco, con el intento de despejar la polisemia abriendo puertas al texto. Se trata de una actividad heurística que progresa de modo relacional, a fin de que se culmine en la apropiación interpretativa de la obra.

Se ha teorizado sobre el “pacto verbal” entre el autor y el “lector ideal” (J. P. Sartre), sobre el “lector modelo” (U. Eco), el “archilector” (W. Iser) y conforme adelantamos al comienzo de lo escrito, Cortázar nos habló del lector cómplice. Mientras lucubraba sus Morellianas-Rayuela, 1963-, ficcionalmente estaba anticipando la noción de ese lector, que para sí requería como autor “rebelde”. Con énfasis Morelli anotaba: “Provocar, asumir un texto desaliñado, desanudado, incongruente, minuciosamente antinovelístico (aunque no antinovelesco). (…) hacer del lector un cómplice, un camarada de camino. Simultaneizarlo, puesto que la lectura abolirá el tiempo del lector y lo trasladará al autor. Así el lector podría ser copartícipe y copadeciente de la experiencia por la que pasa el novelista, en el mismo momento y en la misma forma1.

En los capítulos que siguen la línea de los “prescindibles” para la fábula, el personaje-ideario del escritor- continúa desplegando su propuesta en nuevo apunte: “Por lo que me toca, me pregunto si alguna vez conseguiré hacer sentir que el verdadero y único personaje que me interesa es el lector, en la medida en que algo de lo que escribo debería contribuir a mutarlo, a desplazarlo, a extrañarlo, a enajenarlo”2.

Conocedor de la ingeniosa tipología de lectores anunciada por Macedonio y de la Teoría Estética de la Recepción que postulara Hans Jauss a mediados de los setenta, Cortázar explicita y argumenta su hora del lector pero concibiéndolo desde el contexto de la literatura latinoamericana; es decir, promoviendo un receptor acorde con la madurez literaria a la que se ha llegado en la región. Por entonces sostenía: (…) “los lectores que buscan en nosotros algo más que narradores o poetas, no son lectores pasivos, (…) buscan libros capaces (…) de ponerlos en nuevas órbitas de pensamiento o de sensibilidad, y además buscan que los autores de esas obras, cuando son sus compatriotas, estén cerca de ellos en el plano de la historia; su demanda es una demanda de hermandad”3.

Puntualmente, refiriéndonos a nuestra publicación, a la organización formal que constituye el corpus antológico, se decidió reunir los trabajos afines en cinco secciones: Ensayos críticos temáticos, Semblanzas biográficas, Artículos filosóficos, de investigación y educación, Aproximación a los textos, Reseñas, Misceláneas. Como podrá apreciarse, con distinto alcance y propósito, las aportaciones lectoras varían desde la investigación más especializada hasta el escrito somero o de divulgación, transitando formas, géneros y especies de la literatura actual.

El acto de leer permanecerá, aunque sujeto a transformaciones constantes porque “Tanto las capacidades de lectura, empleadas en un momento dado por determinados lectores frente a determinados textos, como las situaciones de lectura, son históricamente variables”4.
Como el anverso y el reverso del suceso cultural más sofisticado que ha logrado concertar el hombre, la comunicación por el lenguaje, el creador y el lector interactúan, se alían y se heredan por generaciones. Lectores cómplices todos y en cadena: quienes integran la presente antología, quien suscribe su prólogo, ustedes los recién venidos y los próximos que en un futuro hipotético lean este libro, tan así incierta e indefinidamente.

1- Cfr. Julio Cortázar, Rayuela, 79, Buenos Aires, Sudamericana, 1963, pp. 400-01.
2- Ib., 97, id., p. 439.
3- Las citas pertenecen a Conferencia dictada en el PEN Club de Estocolmo, Suecia, 1978
4- Pierre Bourdieu y Roger Chartier, El sentido social del gusto, Elementos para una sociología de la lectura, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2010.

Nota de la Editora Graciela Licciardi, “ANTOLOGÍA DEL LECTOR CÓMPLICE”.

por Graciela Licciardi

Un corpus de 33 trabajos abordan la obra de autores argentinos, cuyas escrituras en diferentes tópicos les dan la oportunidad a los escritores que integran este volumen, a ahondar en diferentes perfiles de la obra literaria, a través de sus investigaciones, juicios críticos, apreciaciones personales, aproximación a los textos, ensayos críticos y temáticos, y notas de diversa índole.

En las palabras de inicio la Licenciada Norma Mazzei nos introduce el concepto del lector cómplice donde declara “una manifiesta alternativa individual, presentando este encuentro de lectores, una agrupación variada y rica de trabajos, atinada e inscrita bajo el lema cortazariano de la complicidad”, asimismo Mazzei afirma “porque es, a nuestro entender, el mejor modo de conmemorar su legado, se ha elegido ex profeso el “Año Centenario de Julio Cortázar”, para con su evocación iniciar la edición que nos ocupa”…, cierra su escrito de la siguiente manera: “Lectores cómplices todos y en cadena: quienes integran la presente antología, quien suscribe su prólogo, ustedes los recién venidos y los próximos que en un futuro hipotético lean este libro, tan así incierta e indefinidamente”.

Como editora deseo manifestar mi beneplácito por haber podido reunir a tantos responsables del quehacer literario. Para establecer un orden hemos procedido a categorizar los trabajos.

En ENSAYOS CRÍTICOS TEMÁTICOS nos encontramos con excelentes temas abordados por Bertha Bilbao Richter sobre La mirada impar de Alejandro G. Roemmers, Nélida Norris sobre Marcos Aguinis, Cristina Pizarro sobre la obra de Ester de Izaguirre y Osvaldo Rossi sobre la Poesía en el Siglo XXI donde despliegan su maestría escritural.

En SEMBLANZAS BIOGRÁFICAS los autores nos ofrecen interesantes textos biográficos de grandes personajes como Joaquín Víctor González por Gladys Abilar, Domingo Faustino Sarmiento por Carlota Guzzo Conte-Grand y Lily Hartz por Vilma Lilia Osella.

ARTÍCULOS FILOSÓFICOS, DE INVESTIGACIÓN Y DE EDUCACIÓN es una de las secciones en que un heterogéneo despliegue de conceptos se desarrollan en los diferentes temas: Desengaño y espiritualidad por Carlos Enrique Berbeglia, Poesía y Educación por Nora Patricia Nardo y Luis Raúl Calvo, ¿Cómo se investiga en Argentina? sobre criminalidad, por Pedro Contreras, Una misma temática en diferentes tiempos históricos, sobre el hambre, por Adriana Gaspar, Mirada cómplice a lo largo de mis estadías porteñas por Françoise Laly, El barrilete de Campana por Beatriz Valerio y Homenaje a Germán “Churqui” Choque Vilca por Lourdes Zalazar.

En APROXIMACIÓN A LOS TEXTOS, los autores nos acercan sus puntos de vista sobre textos tratados con sapiencia escrituraria: El dilema de la identidad en El Hombre duplicado de José Saramago por Graciela Bucci, La existencia y la locura sobre un texto de La extraña de Sándor Márai por María Diharce, Paula de Isabel Allende por Nuri Escorza, Una lectura del Cuento “Las ruinas circulares” de Jorge Luis Borges por Mabel Fontau, “Aquellos sinuosos días personales…” por Sebastián Jorgi, Gotángel, una novela de Sebastián Jorgi por Graciela Licciardi, La idea de estética en Los lugares comunes y otros relatos de David Sorbille por María Paula Mones Ruiz, Osvaldo Rossi. Solidez poética en la modernidad líquida de Bertha Bilbao Richter por David Sorbille.

Las RESEÑAS ofrecidas constituyen una información muy apreciada por su contundencia y exactitud: Sintonía de amarras, de Fieda Non Owens Medina por Cecilia Glanzmann, Posdatas para la lluvia de Alfredo A. De Cicco también por Cecilia Glanzmann, La villanía heroica – El esquivo enigma de la complejidad de Carlos E. Berbeglia por Graciela Krapacher y Poesía Argentina Contemporánea – Tomo I Parte vigésima por Horacio Semeraro.

En la sección MISCELÁNEAS, (género literario perteneciente a la didáctica que se dio principalmente en el Renacimiento y en el Barroco en España, durante los siglos XVI y XVII y que significa mezcla de géneros diferentes, materias que en muchos casos pueden parecer inconexas y mezcladas pero que cobran sentido por medio de una programación permanente, dirigida a acercar la creación contemporánea al público), advertiremos distintos enfoques y temáticas literarias y de reflexión: Un camino por Beatriz Allocati, Licenciado Vidriera de las Novelas ejemplares de Don Miguel de Cervantes por Marta Castagnino, Lo que está detrás de la lluvia por Graciela Licciardi, Una tradición que despierta sueños y duerme dolores. Los cuentos infantiles por Fernanda Macimiani, ¿Irrepetible? por Jesica Mansur, Ni es cielo, ni es azul por Pedro Ramis y Entre dos mundos por Miguel Werner.

De esta manera ustedes y yo, Lectores cómplices en esta aventura literaria podremos gozar de las obras ofrecidas.

Prólogo «Osvaldo Rossi. Solidez poética en la modernidad líquida”.

por Bertha Bilbao Richter

       No es casual que en “Punto de llegada”, el último poema de Un viaje por la cinta de Moebius, Osvaldo Rossi describa idealmente este mundo en el que la modernidad líquida puso su cuota de sombras, de frialdad en los afectos, de miseria, de sonrisas desterradas, tiempos en que la ausencia de agua es abarcadora de todas las ausencias, tiempos en que hasta los rincones familiares resultan desconocidos para un yo lírico que se universaliza (…)
Si hay un poeta contemporáneo que exige para su poesía una actitud sensible y a la vez pensante, es Osvaldo Rossi, aunque nos sintamos eximidos de edificar su sistema filosófico. Reflexivas elocuciones, remansadas o tensas, siempre solidificadas por la forma rítmica de una oratoria fervorosa, muestran a un poeta sustancial, firme en su atestiguamiento; sus frases puntuales remarcan la certeza de lo inexorable y la decisión de compartir ese rico mundo interior que incursiona por los meandros de la condición humana.

Bertha Bilbao Richter

INSTITUTO LITERARIO
Y CULTURAL HISPÁNICO
Colección Estudios Hispánicos
Volumen XVI

 

CV Bertha Bilbao Richter.

 Es Licenciada en Letras (Universidad Nacional de Salta) y Especialista en prácticas, medios y ámbitos educativo-comunicacionales (Universidad Nacional de La Plata). Ha participado en numerosos cursos y seminarios de pos grado del área Letras en la Universidad de Buenos Aires. Se ha desempeñado profesionalmente en Institutos de Formación Docente (Escuelas Normales Superiores N°1, N°3 y N°6) de la Ciudad de Buenos Aires, en las Universidades Nacional de Quilmes y Católica Argentina. Fue también profesora de Literatura en las carreras de Locución y Producción en el Instituto Superior de Enseñanza de Radio y TV de Buenos Aires. Como Secretaria de Arte y Cultura del Instituto Literario y Cultural Hispánico colabora en la revista “Alba de América” y en volúmenes de la Colección de publicaciones de ese Instituto con reseñas y ensayos críticos. Compiló la obra crítica de Juana A. Arancibia e hizo la Introducción de la misma en el libro Exploraciones Literarias que obtuvo la Faja de Honor de la SADE en el año 2011. Compiló estudios críticos a la obra de Josefina Leyva, poeta y novelista cubano estadounidense, bajo el título: El mundo ficcional de Josefina Leyva, Metáfora de la Libertad. (Miami : Alexandría Library, 2011) Es autora de numerosos artículos literarios en diarios de Salta, Azul, Mar del Plata y en revistas dedicadas a la cultura de la Ciudad de Buenos Aires, y de los EE.UU. Es autora de Prólogos, Apéndices, Post Scriptum, e Introducciones de numerosos libros de poesía, cuentos, novelas y antologías.

Palabras preliminares sobre «Osvaldo Rossi. Solidez poética en la modernidad líquida”.

Colección: «La sabiduría tiene nombre»
Autora: Bertha Bilbao Richter

por Bertha Bilbao Richter

         Mientras leía la obra de Osvaldo Rossi, una avalancha de ideas se precipitó sobre mí. Era la explosión de todos aquellos contenidos psíquicos y lucubraciones filosóficas emergentes de una poesía que no podían ser recogidos en la estrechez de un ensayo crítico convencional, de aquellos que pretenden dominar el texto original con la deconstrucción, la semiótica, el posestructuralismo o esa nueva crítica norteamericana, corrientes ideológicas que afirman el texto como pretexto, la infinita semiosis o la muerte del autor.

Lejos de mí la pretensión de banalizar los méritos de una serie de cinco libros de poemas y uno teórico acerca de la poesía, todos ellos resultantes de una cosmovisión lírico—metafísica que se realiza como una verdadera parábola intelectual. Debo reconocer, sin embargo, la insuficiencia de este trabajo, quizás logrado en parte, con el propósito de contribuir al acercamiento al núcleo significativo de la obra del autor, aún a sabiendas que todo acercamiento, contrariamente a lo que se supone, crea distancias, inconclusiones que convocan y exhortan a los receptores a llegar a la cima del sentido del texto.

De Jung aprendí que toda persona vive en un mito, quien no lo hace es un desarraigado de su pasado, de la sociedad en que vive y así también de su proyección futura. Por lo tanto, me acosaba la pregunta fundamental previa a todo análisis: ¿Cuál es el mito en el que vive Osvaldo Rossi? Y además, como se interroga George Steiner antes de emprender un trabajo crítico ¿Hay en esta obra una salida a la trascendencia? Los primeros poemarios me ofrecían inseguras respuestas que iban acrecentando mi incertidumbre, tal vez porque pretender entender al ser humano en su proceso de autoconstrucción implica un peligroso enceguecimiento. De ahí surgió la necesidad de una Entrevista con Rossi que fue realizándose durante mi lectura, para iluminar aspectos opacos de algunos poemas y para confirmar mis argumentos.

Las citas del autor —aunque fragmentarias— dan cuenta de las imágenes visionarias que visten su pensamiento y el atrevimiento de sus ambiciones; revelan por otra parte, la imbricación de forma y contenido de manera tan naturalmente atractiva y anti-retórica que convocarán a nuevos lectores, si es que, como maestra de lectura, consigo sensibilizarlos en un sentido moral, porque nadie puede desoír la voz que lo cuestiona acerca de su origen y destino.

Dividí este trabajo en cuatro partes. En la primera, los subtítulos corresponden a las distintas obras que por un lado, han impuesto su autonomía, y por otro, van tejiendo un entramado de memoria y esperanza que se despliega desde el corazón y se orienta hacia el sentido de la vida, donde todo se salva para siempre. La segunda parte ofrece mi entrevista con Osvaldo Rossi, que da cuenta de su riesgo de transformar la poesía en un instrumento irregular de conocimiento metafísico para que roce lo más hondo del ser, en el intento de superar el dualismo del yo y el universo. La tercera incluye una muy breve antología de sus obras y la cuarta y última parte recoge las conclusiones y mi apreciación de la poesía del autor en el macro texto lírico argentino de los tiempos que corren.

El título del libro: Osvaldo Rossi. Solidez poética en la modernidad líquida, alude a la poesía como antídoto a las condiciones sociales, políticas y económicas de la época en que vivimos, con sus incoherencias, sus cambios súbitos e inesperados, sus estímulos renovables para formas erráticas, desarraigadas del espacio – como centro vital – que no se mantienen en el tiempo; una modernidad definida por Zygmunt Bauman con el adjetivo líquida, por su condición escurridiza, cambiante y fugitiva, en la que el hombre se encuentra en desamparo.

En oposición a la movilidad señalada, la solidez de la poesía de Osvaldo Rossi ofrece un nuevo orden fundado en la inmutabilidad del ser, porque es la palabra poética aquella capaz de rescatar el conocimiento, la que permite transitar al hombre del feudo de las sombras a la persistencia de la luz, que posibilita la iluminación de las esencias de las cosas y, parafraseando al poeta, la palabra que describe la deriva existencial hacia el estuario inmutable. En efecto, la voracidad del tiempo y los espacios fragmentados, por la conjura del poeta, van despojándose de su poder amenazante y adquieren solidez ante la proclamación del instante como presente pleno, y del espacio propio, como centro mítico: se trata de la confluencia del espacio real fenoménico con los espacios interiores, imaginados y atravesados por el tiempo de la escritura en ese fluir de la conciencia que detiene las mediciones.

No es casual que en “Punto de llegada”, el último poema de Osvaldo Rossi de su libro Un viaje por la cinta de Moebius, describa poéticamente este mundo en el que la modernidad líquida puso su cuota de sombras, de frialdad en los afectos, de miseria, de sonrisas desterradas, tiempos en que la ausencia de agua es abarcadora de todas las ausencias, tiempos en que hasta los rincones familiaresresultan desconocidos para un yo lírico que se universaliza. No obstante, es la mirada poética la que aporta el conocimiento y los valores esenciales del hombre que, a pesar de su permanente “estar siendo” en los sucesivos ahoras, se abre, por obra del arte, a la desmesura del ser, como el rayo que quiebra la quietud en la pintura de Marta Diez que ilustra la tapa de este libro.

La fuerza de la imagen nos lleva a los cuatro elementos que participan en la creación: aire, agua, tierra y el fuego procedente del rayo. Marta Diez no solo pinta el tránsito del caos al cosmos sino su relación – como artista – con el mundo, y la interdependencia de la contempladora y Dios.

Pictóricamente, el azul es color de lejanía, de infinitud. Según la teoría psicoanalítica de los sueños, el azul es signo de horizonte y significa un mayor espacio para la propia expresión. Los cuatro elementos, con matices de ese color, están magistralmente expuestos.
El aire está asociado con el hálito vital, con el viento de la tempestad y con el espacio atmosférico; posee, en la simbología general, un sentido activo y creador.

El agua simboliza la totalidad de las virtualidades, para Tales de Mileto es el principio de todas las cosas – fons et origo – precede a todas las formas y sustenta toda la creación. Para los alquimistas medievales el “agua divina” era la piedra filosofal. En el agua todo se disuelve, toda forma se desintegra, toda historia queda abolida. Desde el psicoanálisis, además de ser considerada símbolo de la maternidad, lo es también del inconsciente y de la energía psíquica. Desde la antigüedad, el mar es símbolo de la generación de la vida.
La tierra es la engendradora, nutre a los seres y los recibe en su seno para retornarlos cíclicamente a la vida. Es un punto azul en el cosmos.

Según un mito universalmente extendido, el fuego vino del cielo a la tierra en forma de rayos; en la observación de Cirlot, es ultra-viviente; es la imagen o arquetipo de lo fenoménico en sí; simboliza la unión entre el cielo y la tierra y es emblema de soberanía. Los atributos lumínicos e ígneos presentes en el cuadro, como fuego celeste, manifiestan la energía creadora en el espacio de ruptura del tiempo profano que proyecta al tiempo sacro; esto es, a la reactualización de un acontecimiento mítico: el de la creación.

Disparo Cósmico VIII de Marta Diez es la revelación de la realidad fundante, como lo es la obra poética de Osvaldo Rossi. El momento de la iluminación, tanto para la artista plástica como para el poeta, se homologa con el rayo portador del conocimiento profundo del Todo que se da en y a través del arte.

Bertha Bilbao Richter 
Buenos Aires, octubre de 2012.