CONTRATAPA:
Cosmovisión de englobar tango-mundos, aquellos ambientes y geografías de los años de cercos y glicinas, rescatar ese lenguaje tan vistoso medio lunfa, –atención: no descarta
figuras creacionistas– reponer lo coloquial, ese letargo gris, ese concierto melódico de voces, la esencia del tiempo de calesitas, la entrega de las maestras clásicas, es todo un acierto, un aporte cualitativo y grácil a la poesía de hoy. Y ya que digo hoy, coincido con Graciela en que es verdad que cuesta bastante ser la rosa, pero quedate tranquila, te disculpamos si te has puesto un poco pretenciosa, no es nada, habrá que recuperar esa otra mitad que alguna vez fuimos, en las que sonreíamos, aunque sepamos que es casi
imposible que te redima el tiempo. Y sí: vaya si te entiendo: yo también contemplé esa triste algarabía del corso de asamblea, esperando la palabra que no llega. Gracias por este libro nuevo, tan tuyo, que me ha conmovido, por la vida a contramano: afortunadamente, no habrá estrole, seguirás peleándole al absurdo con la excelencia de tu pluma. Querido lector:
A bailar, a bailar, que la orquesta se va…
Sebastián Jorgi
Y hoy se confirma que también va hollando por esta senda, rica en matices sensoriales, Graciela Licciardi quien humaniza los objetos y las cosas a través de la poesía, poniendo de relieve la angustia existencial.
Cito dos ejemplos maravillosos. En primer lugar…el poema “hay una casa que piensa en el vacío” –que ya en el propio título manifiesta ese “subjetivismo-objetivista”, (curiosa paradoja) –. Aquí aparecen “ventanas transparentes delatan” y “una almohada tibia de tristeza”. Y lo mismo sucede con el poema “justo adentro guarda la palabra”, que contienen versos de una profundidad y una riqueza estética dignos de figurar en una antología de poesías magistrales. En suma, Graciela Licciardi –como los poetas vibrantes–
con este libro nos hace sentir la angustia sobrecogedora que provoca en el ser humano la ineluctabilidad de la muerte o la voracidad del tiempo, y nos brinda –a la vez– una intensa alegría interior provocada por esa poesía plena de equilibrio entre idea, sensación, emoción y memoria incesantemente activa…logrando que todo conjugue armoniosamente entre las melodías y las singulares disonancias de su verbo, haciéndonos palpar las luces y las sombras de la interioridad del ser.
Tomás Barna
Un itinerario despojado de todo intelectualismo y especulación es esta poesía de unidad de voz, tono cromático y sorpresiva instantaneidad, y el aire coloquial y comunicativo de habla propia; el desenfado y las tentaciones argumentales le ponen interpelación a la premura de una estética de tensión fuerte, autobiografía y libertad en la amplitud del vocabulario versátil;
la resonancia sentimental y la voz familiar se abren paso a partir de las connotaciones afectivas. Buenos Aires y el tango, y la protagonista cargada de abandonos, tal vez de desamparos, conmovida y asombrada por lo que pudo ser y no fue, los paisajes de la visible ventana del alma, la obstinada penumbra del recuerdo, las viejas soledades, el poemario como el sitio de la confidencia, y la sensación de tiempo melancólico, en la destreza delicada de la pena y el contenido evocador de la nostalgia de transitar la vida: una franqueza con esa
capacidad de “mover” al otro en la imaginación personalísima.
Ernesto Goldar
SOLAPAS: GRACIELA LICCIARDI |
Algunos de sus Poemas han sido |